Los mexicanos que viven en el extranjero enviaron casi 14.000 millones de dólares al país en los primeros tres meses de 2023, un incremento del 11,4% respecto al mismo periodo de 2022, informó el Banco de México el martes.
Si bien sigue siendo una suma considerable, la tasa de crecimiento de las remesas parece estar en desaceleración, después de marcados incrementos durante la pandemia en 2022 y 2021. En marzo, las remesas del mes de hecho cayeron un 1,2% en comparación con el mismo mes del año previo.
Ello podría estar relacionado con la decisión que tomó el gobierno el 28 de febrero de dejar de aceptar remesas a través del Banco del Bienestar, un banco estatal.
El gobierno señaló que se tomó la decisión para evitar duplicar las funciones de otra oficina gubernamental de transferencias. Pero algunos expertos señalaron que fue en respuesta a los indicios de que los cárteles del narcotráfico podrían haber estado utilizando las remesas a través del Banco del Bienestar para lavar activos.
El Banco del Bienestar aún no responde a las preguntas sobre los reportes de que ha habido un aumento en las remesas enviadas a través de esa institución hacia el estado de Sinaloa, sede del cártel del mismo nombre.
Las remesas crecieron un 13,4% en 2022, para un total de 58.500 millones de dólares. Un año antes, las remesas tuvieron un sobresaliente crecimiento del 27,1%, y totalizaron 51.600 millones de dólares.
Actualmente, las remesas superan a casi todas las demás fuentes de ingresos desde el extranjero, incluido el turismo, las exportaciones petroleras y la mayoría de las exportaciones de manufactura.
México recibe más dinero de las remesas que cualquier otro país con excepción de la India. Los migrantes indios envían a casa alrededor de 100.000 millones de dólares cada año.
De cualquier forma, nadie en México se está enriqueciendo con las remesas; el promedio que cada migrante envió fue de 391 dólares, según el Banco de México.
Como porcentaje del PIB nacional, las remesas prácticamente se han duplicado durante la última década, pasando del 2% del PIB en 2010 a 3,8% en 2020, según el gobierno. En ese periodo, el porcentaje de familias mexicanas que recibían remesas creció de 3,6% a 5,1%.