‘Bruixes, la gran mentida’ enfatiza la relación de la caza de brujas con la actualidad
Una mujer condenada por brujería en la Seu d’Urgell en el primer tercio del siglo XVII, Jerònima Ribota alias La Carbassera, y un grupo de actrices aficionadas de Viladrau, las vecinas de la localidad protagonistas del tradicional Ball de Bruixes, sirven de hilo conductor del documental de TV3 dedicado a las hechiceras catalanas que ha sido preestrenado esta tarde en el Casino de Caldes de Montbui con presencia del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en el marco de la gran reivindicación de país de esas mujeres perseguidas. Bruixes, la gran mentida, coproducido con la revista Sàpiens y que se estrenará el martes a las 22 horas en el espacio Sense ficció, mezcla reconstrucción histórica con testimonios actuales y enfatiza la relación de la caza de brujas con lacras de hoy en día como la violencia contra las mujeres, la discriminación de los emigrantes o las fake news extendidas por las redes.
El documental, dirigido por Joanna Pardos y en el que intervienen numerosos historiadores especialistas en el fenómeno de la brujería así como una jueza, un sociólogo experto en teorías conspiratorias, una psicóloga y varias mujeres que han sufrido algún tipo de abuso, apuesta por apelar a la vez a la documentación histórica y a la emoción. Así, la peripecia —un verdadero via crucis procesal— de la Carbassera está reconstruida de manera muy efectista, digna de una película de terror. La cámara sigue los interrogatorios y tormento de la acusada de bruja (Meritxell Yanes) ante el odioso fiscal engolado (Oscar Muñoz), que la somete a toda clase de vejaciones sin dejar de comer frutos secos. La Carbassera consigue una pequeña victoria póstuma al descubrirse al colgarla que los nombres que ha revelado de colegas brujas corresponden a mujeres muertas.
El programa introduce elementos contemporáneos en las escenas históricas como el soplete que maneja el verdugo, la grabadora del fiscal o los neones que iluminan la siniestra cámara de tortura.
El documental, que es parte de la campaña de reivindicación de las acusadas catalanas de hechicería, muestra en paralelo los ensayos del Ball de Bruixes y a los historiadores conversando sobre brujería con las vecinas de Viladrau que dan vida en ese espectáculo a las 14 brujas de la localidad ejecutadas en el siglo XVII.
Uno de los objetivos de la campaña es que los Ayuntamientos pongan nombres de víctimas de los procesos de brujería a sus calles. Viladrau ya cuenta con cuatro calles de la zona nueva del barrio de La Guineu con nombres de brujas (el genérico de la calle Carena de les Bruixes, y las dedicadas a Elisabet Marti, Francesca Trèmol i Maria Joaneta) mereced a un acuerdo en pleno municipal de 2018. Ahora se quiere bautizar con el nombre de otra condenada alguna calle o plaza mas principal